Fuerte y dulce, como la esencia del Caribe. Así es el ron, el licor destilado de la caña de azúcar, que encaja en el relato de la novela La memoria de los pasos casi como si fuera uno más de sus personajes. Bajo su cálido aliento se desarrollarán pasiones, intrigas, éxitos y fracasos. Al igual que en la vida de Xoan Beltrán y Don Santiago Valera, la historia del ron de Cuba se entrelaza con la de varios indianos españoles que lograron hacer fortuna en la isla.
Con la melaza de la caña de azúcar, por medio de la fermentación, destilación y envejecimiento, principalmente en barricas de roble, se obtiene el ron. Esta bebida espirituosa es, por méritos propios, uno de los símbolos de la isla de Cuba, ya sea solo o combinado.
La caña de azúcar fue llevada por Colón hasta Cuba desde las islas Canarias y las plantaciones arraigaron pronto en el clima favorable que les brindaba el Caribe. El origen de la palabra ron parece encontrarse en el vocablo británico “rumbullion” (algo similar a jaleo o tumulto), probablemente introducido en el siglo XVII por los corsarios que rondaban por la zona, y que pronto sirvió para denominar esta bebida con el diminutivo “rum”. Los primeros en obtener este producto de la caña de azúcar serían los esclavos africanos que trabajaban en las plantaciones. Rápidamente se popularizó más allá del mar Caribe, pero no será hasta mediados del siglo XIX cuando esta bebida espirituosa se convierta en el ron que actualmente conocemos de la mano de un famoso indiano afincado en Cuba.
Los indianos y el ron
Más de un siglo y medio ha pasado ya desde que Facundo Bacardí transformara el ron en una bebida espirituosa más ligera y agradable al paladar del gran público en su bodega de Santiago de Cuba. Atrás quedaba entonces el joven de 15 años que viajó desde España hasta la isla sin una moneda en los bolsillos y que crearía, junto a sus hermanos, la gran marca Bacardi Limited.
Otros indianos reconocidos, que amasaron su fortuna en base a la fabricación del ron, fueron Benjamín y Eduardo Camp. En 1872, los dos hermanos de origen español fundaron, junto con su socio Evaristo Álvarez, la destilería de Ron Matusalem. En ella, dieron un paso más en la evolución de este licor y consiguieron crear un producto suave y de alta calidad, que pronto les llevaría a conseguir el éxito empresarial.
Tendremos que esperar hasta leer la historia para saber si Don Santiago Valera y Xoan Beltrán también fueron bendecidos por la fortuna en esta aventura. El ron nos guiará dulcemente sobre sus huellas hasta desentrañar el relato de La memoria de los pasos.
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Buenísima entrada, muy informativa además, no creo que lo lea pero me resulta interesante. Gracias
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Gracias a ti por tu comentario. Saludos!
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Fanny: siempre es un placer leer tus entradas!
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Muchas gracias!
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