Oviedo es la capital del Principado de Asturias. Con una población de más de 220.000 habitantes, la ciudad destaca por su casco antiguo de origen medieval, su bella catedral gótica y por albergar en sus proximidades dos de las grandes joyas arquitectónicas del arte prerrománico. Inmortalizada en la literatura con el nombre de Vetusta en “La Regenta”, la gran obra de Leopoldo Alas “Clarín”, Oviedo es también el perfecto enclave en el que degustar la rica gastronomía asturiana. No esperamos más y vamos a conocer los rincones imprescindibles de la capital del Principado de Asturias.
Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, situados en el monte Naranco de Oviedo, apenas a 100 metros de distancia entre sí, son dos edificaciones emblemáticas del arte Prerrománico. Concretamente, son las principales representaciones del arte Asturiano o Ramirense. Ambas iglesias fueron construidas en el siglo IX, bajo el reinado de Ramiro I y declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985, aunque su finalidad original no ha sido totalmente esclarecida. En el caso de Santa María del Naranco, cuyos representativos arcos se han convertido en un símbolo turístico de Asturias, se baraja la posibilidad de que fuera un palacio, pabellón real, una iglesia o un aula regia. El interior de las dos iglesias es visitable con guía.
Catedral de Oviedo. La Iglesia Basílica Catedral de San Salvador es un edificio de estilo Gótico, cuya construcción comenzó a principios del siglo XIII y finalizó en el siglo XVII, con la construcción de varias capillas anexas a las naves laterales y una girola. Se erigió sobre un antiguo conjunto catedralicio, por lo que aún se conservan algunas estructuras de estilo románico y prerrománico. También hay algunas partes renacentistas y barrocas. La Cámara Santa románica, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es una de las partes más destacadas. En 2015 fue incluida como uno de los bienes individuales protegidos del Camino Primitivo de Santiago. Frente a la fachada de la catedral se encuentra una escultura de La Regenta, protagonista de la obra homónima de Leopoldo Alas “Clarín”. Un homenaje de la ciudad al personaje literario que la inmortalizó como la ciudad de Vetusta.
Plaza del Fontán y el Mercado. En el lugar que antaño ocupaba una antigua laguna desecada se sitúa la plaza del Fontán, en el casco antiguo de Oviedo, que conserva como último vestigio de ella un Caño. Desde 1524, se celebraba en este lugar un mercado, que finalmente se concretó en la construcción en 1882 de este representativo edificio, cuyas obras finalizaron en 1885.
Iglesia de San Isidoro el Real. Esta iglesia perteneció en origen al desaparecido colegio de la orden de los Jesuítas de San Matías, que fue demolido en 1873 para la construcción del Mercado del Fontán. La iglesia, que posee una única nave en planta de cruz latina y torre exterior, se inauguró en 1681. Al otro lado de la plaza de la Constitución, que acoge la Iglesia de San Isidoro el Real, se sitúa el Ayuntamiento, un edificio porticado, que inició su construcción en 1622 y ha sufrido importantes reformas con el paso del tiempo.
Teatro Campoamor. Es un gran edificio de estilo neoclásico. Fue construido en 1883 e inaugurado en 1892. Este teatro ovetense alberga la celebración anual de los Premios Princesa de Asturias y cuenta con un aforo de 1491 personas.
El Campo de San Francisco. Con sus 9 hectáreas de zona verde, este parque es un auténtico pulmón para Oviedo, situado en el corazón de la capital asturiana. De origen centenario, reformas que se remontan más de quinientos años atrás en el tiempo fueron dotándolo progresivamente de su aspecto actual. El Campo de San Francisco acoge también distintos actos culturales y actuaciones musicales.
Otros lugares interesantes para visitar en Oviedo son la Plaza de la Escandalera, situada en pleno centro de la ciudad y donde puede contemplarse la escultura “La Maternidad” de Fernando Botero; el Museo de Bellas Artes o la Plaza de Trascorrales.
En Oviedo tendrás también ocasión de degustar la rica gastronomía asturiana. Para ello, cita inexcusable es la calle Gascona, conocida comúnmente como el “Bulevar de la Sidra”. Un buen cachopo, chorizo a la sidra, la típica fabada, unas fabes con almejas, pastel de cabracho o una tabla de quesos asturianos pondrán el broche de oro a una visita que, sin duda, te dejará con ganas de repetir.
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