En un enclave estratégico privilegiado a orillas del río Tajo, Toledo se erige como una de las ciudades más bellas y emblemáticas de España. En origen fue un importante centro carpetano y, tras la conquista romana en el 193 a.C., Toletum se convirtió en un importante núcleo de población. También conocida como la “Ciudad de las Tres Culturas”, por la confluencia en ella de cristianos, judíos y musulmanes, fue capital del reino de la Hispania Visigoda hasta la invasión musulmana de la ciudad en el 711, y reconquistada posteriormente en 1085 por Alfonso VI de León y Castilla. Isabel de Castilla planea originalmente su entierro en ella, aunque finalmente los Reyes Católicos descansarán en Granada, tras la conquista de la ciudad en 1492. Carlos I la convierte en sede de su corte y Ciudad Imperial. Fue uno de los epicentros de las revueltas comuneras del siglo XVI; una gran ciudad que tenía por aquel entonces más de 60.000 habitantes y un peso socioeconómico importantísimo dentro del Imperio español. Y así fue hasta que Felipe II decidió trasladar la corte a Madrid en 1561.
En la actualidad, es la capital de Castilla-La Mancha, con cerca de 84.000 habitantes, y su casco histórico, plagado de obras maestras de la arquitectura, inspiración de poetas, escritores y pintores, es Patrimonio de la Humanidad desde 1986. Acompáñanos en esta visita por los rincones imprescindibles que no pueden faltar en tu viaje a Toledo.
La Catedral de Santa María, Catedral Primada de España, es probablemente el ejemplo más magnífico de templo gótico del país. Declarada Patrimonio de la Humanidad, comenzó a construirse en 1226, bajo el reinado de Fernando III el Santo, y se finalizó en 1493. Se trata de una catedral de planta de cruz latina inscrita en el plano de un rectángulo, compuesta por cinco naves, sostenida por 88 columnas y 72 bóvedas. Todo el conjunto es una obra de gran belleza y destreza arquitectónica. Quizás algunos de los elementos más destacados del edificio son la cabecera, con una extraordinaria doble girola, y las puertas monumentales: la Puerta del Reloj, la fachada principal con las puertas del Perdón, el Juicio Final y del Infierno, y la Puerta de los Leones.
Alcázar y Museo del Ejército. En la parte más alta de la ciudad se erige uno de los edificios más representativos de Toledo, el Alcázar. Una estructura defensiva de planta cuadrada, con patio central, rematada por cuatro torres en las esquinas. El Alcázar es un lugar cargado de historia. Se alza sobre los restos de un palacio romano, distintas edificaciones visigodas y musulmanas. Fue ampliado en la Edad Media desde el reinado de Alfonso VI, aunque será Alfonso X El Sabio quien complete la fachada oriental y construya las cuatro famosas torres. Carlos V encarga importantes obras en él a los afamados arquitectos Juan de Herrera, Alonso de Covarrubias y Francisco de Villalpando. El Alcázar sufrió incendios y graves desperfectos en la Guerra de Sucesión y, un siglo más tarde, en la Guerra de la Independencia. En la Guerra Civil fue tomado por el General Moscardó como enclave defensivo y objeto del conocido asedio de setenta días. En la actualidad, es la sede del Museo del Ejército de España y de la Biblioteca de Castilla-La Mancha.
Puerta de Bisagra. Varias puertas monumentales dan acceso al casco antiguo de Toledo, pero sin duda, la más representativa de ellas es la Puerta de Bisagra. La puerta pudo tener un origen mudéjar, pero su aspecto actual se debe a las obras realizadas en ella a mediados del siglo XVI, por Nicolás de Vergara el Viejo, Eugenio Sánchez, Alonso Covarrubias y Juan de Benavides. La conforman dos cuerpos, con altos muros almenados unidos por un patio, que alberga una estatua de Carlos V. El cuerpo interior está formado por dos torreones cuadrados rematados en tejado piramidal, que flanquean una puerta de medio punto. El exterior, también enmarca una puerta en arco de medio punto con sillares almohadillados. Sobre ella se erige el escudo de la Ciudad Imperial, con el águila bicéfala y un frontón con la escultura de un ángel custodio. Los impresionantes torreones que la flanquean son circulares.
Plaza de Zocodover. En el corazón del casco antiguo, próxima al Alcázar, se encuentra la Plaza de Zocodover; centro neurálgico de la ciudad de Toledo. Desde la Edad Media se celebraron en ella multitud de actos sociales, como fiestas, actos taurinos, e incluso ejecuciones y autos de fe de la Santa Inquisición. La plaza medieval sufrió una primera reforma importante a principios del siglo XVI, por orden de Isabel de Castilla. Un incendio destruyó una gran parte de Zocodover en 1589, cuya reconstrucción será diseñada por Juan de Herrera, bajo mandato de Felipe II. En el siglo XVII se realiza una ampliación de la plaza, con el derribo de varias viviendas y edificios, que la dota de su aspecto abierto actual.
Sinagoga del Tránsito. Las callejas de la antigua Judería de Toledo nos ofrecen un agradable paseo, que nos llevará hasta la Sinagoga del Tránsito, sede del Museo Sefardí. También conocida como Sinagoga de Samuel ha-Levi, este edificio en estilo mudéjar es considerado una de las sinagogas más bellas del mundo y la mejor conservada de la época. La construcción data de mediados del siglo XIV. Su sencillo diseño en planta de salón y su austeridad externa contrastan con un interior ricamente decorado. En el techo encontramos un rico artesonado de madera con incrustaciones de marfil y decoración pintada. El paramento se realiza a base de aplicaciones de yesería labradas primorosamente. La ornamentación, siguiendo los preceptos religiosos de la Torá, carece de representaciones figurativas y se ciñe a la heráldica y la epigrafía, así como el ataurique, un tipo de decoración vegetal de origen árabe. En el muro sur, se situaba la tribuna reservada a las mujeres, desde donde podían asistir a los actos litúrgicos separadas de los hombres por celosías.
La Judería contaba, además de con distintas murallas y puertas, viviendas, zocos, casas de estudio de la Ley y adarves, con un total de diez sinagogas. Además de la Sinagoga del Tránsito, también puede visitarse la Sinagoga de Santa María La Blanca, en la que destacan sus yeserías, arquerías y artesonados.
Iglesia de Santo Tomé. Fundada después de la reconquista de Toledo en el siglo XII, se construyó sobre una antigua mezquita. Fue reedificada por iniciativa de Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz, a principios del siglo XIV, transformándose el antiguo alminar de la mezquita en un campanario de estilo mudéjar. El edificio consta de tres naves con crucero, cubiertas por bóvedas de cañón y ábside poligonal. En su interior, accediendo por la parte posterior de la iglesia, puede contemplarse el famoso cuadro “El entierro del Conde de Orgaz” de El Greco.
El Monasterio de San Juan de los Reyes una de las obras más valiosas del “Gótico Isabelino”, pretendía ser mausoleo real y un monumento conmemorativo de los logros de los Reyes Católicos. Fue diseñado por el arquitecto Juan de Guas y encomendado a la Orden de los Franciscanos. La iglesia es de una sola nave, con capillas entre los contrafuertes, coro sobre la bóveda de los pies y altar elevado. Destacan en ella la solución de las capillas hornacinas en la nave, el cimborrio en la cabecera y el crucero. El claustro sigue el mismo modelo de la iglesia, y cuenta con dos cuerpos y cuatro bandas. Su portada tiene un arco con rica decoración vegetal mezclada con decoración naturalista antropomorfa y zoomorfa. El gran despliegue arquitectónico y decorativo se debe a que, además de ser concebido como lugar de enterramiento de los Reyes Católicos, su iglesia se concibió para albergar el ceremonial funerario de Isabel y Fernando. Aunque finalmente sus restos reposan en la catedral de Granada.
Mezquita del Cristo de la Luz. En el barrio de San Nicolás encontramos la mezquita mejor conservada de la ciudad, originariamente conocida como mezquita de Bab al-Mardum. Era un pequeño oratorio ligado a una puerta de acceso a la ciudad, construida en el 999, durante el esplendor del Califato de Córdoba. Tras la conquista cristiana de la ciudad, Alfonso VI cedió el edificio a los caballeros de la Orden de San Juan, que establecen en ella una ermita y realizan una ampliación, considerada como la muestra más antigua de arte mudéjar del que se tiene constancia.
Museo del Greco. A pesar de ser cretense, Doménicos Theotokópoulos, residió y produjo la mayor parte de su obra en Toledo. Su “casa-museo” se inauguró en 1911, para revalorizar la obra del pintor y ser un reflejo de su vida. Se construyó en la judería, muy cerca de donde vivió el artista, sobre los cimientos de una casa del siglo XVI y un palacio renacentista, porque su auténtica casa fue arrasada por un incendio.
A los lugares citados podemos sumar otros que completarán nuestra visita a la ciudad, como los puentes sobre el río Tajo, entre los que destacan el Puente de Alcántara o el Puente de San Martín; el Castillo de San Servando, en la orilla opuesta del río; o el Mirador del Valle, que ofrece una de las mejores vistas de Toledo.
Por supuesto, no podemos acabar nuestra visita a Toledo sin repasar algunas de las especialidades de la gastronomía de la capital castellano-manchega. No dejes de probar productos destacados de la zona, como los vinos y las deliciosas variedades de quesos de D.O. La Mancha. Y entre los platos destacados encontramos, por ejemplo, el guiso de perdiz, la carcamusa, el arroz a la toledana o el cochifrito, a los que podemos sumar otros platos típicos de la cocina manchega, como migas, gachas, tiznao o pisto. Por último, si quieres llevarte un dulce sabor de boca de esta visita a la ciudad, Toledo es famosa por tener los mejores mazapanes del mundo, con Indicación Geográfica Protegida. Un dulce de repostería tradicional hecho a base de almendra, huevo y azúcar.
Consigue ya tu ejemplar de mi novela La Memoria de los Pasos
Buenos días y felicidades por el blog. Bienvenida a mi ciudad natal. Si tienes intereses literarios en esta ciudad se desarrolla la novela titulada «La sombra de los artistas». Un cordial saludo.
https://ernestocapuani.wordpress.com/2018/02/12/novela-la-sombra-de-los-artistas-espero-que-os-agrade-su-lectura/
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por comentar. Toledo es una ciudad preciosa. Un cordial saludo, Ernesto.
Me gustaMe gusta